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VEINTOCHO

En el número de hoy, nuestra Invitada es Clo Catalán. Desde Friedrichshain, Berlin, esta chilena nos cuenta cómo le va. Muchos grandes autores se esfuerzan por escribir como ella, y a ella le sale de natural. Simplemente genial.

Texto abajo: Clo

Texto arriba: Anna



Lunes 13 de abril (último día de semana santa)

Hoy nada más despertarme he pensado en la araña que vi ayer en el techo justo encima de mi cama antes de ir a dormir. Me he quedado un rato durmiendo después de sonar el despertador, pero del lado derecho, la araña estaba en el lado izquierdo. Me he quedado un rato más en la cama soñando sueños con gente que me hacía compañía.

Un rato después (no mucho rato) he abierto los ojos, he mirado el techo buscando la araña y he visto que ya no estaba en el lado izquierdo, ahora estaba en el lado derecho, encima de mi. Quizá tuviera ganas de convertirme en mujer araña.

He tomado un café para desayunar, como siempre. Y un zumo un poco más tarde. Mi momento favorito del día es el desayuno, me gusta mucho tener todas las noticias por leer, abrir Facebook, abrir el correo (casi siempre sin correo nuevo). Después de las noticias he colgado la nueva entrada del diario. Hoy tocaba colgar la de Pepa.

Hoy no he salido al balcón, hacía bastante frío, y sol, si, pero frío. Como ayer salí mucho rato a la calle he pensado que no pasaba nada por que (este ‘por que’ va separado o junto?) un día no me de el sol. Hoy tengo llagas en la boca y estoy 90% convencida de que las ha provocado la angustia con la que iba ayer por la calle, lo “cerca” que iba de Clo, la cerveza que me bebí sin pasarle ni un pañuelo. Es decir, lo que ha provocado las llagas en mi boca es la neura de maniática que tengo, que me acompaña desde el día en que nací. Amen.

Al mediodía he comido. He pensado que le daría un poco de alegría al día. La comida es vida. También pensaba que no iba a estar muy buena porque he cocinado con tofu, y me equivocaba, estaba muy rico. Aunque no volveré a comprar ni a cocinar con tofu, sabe a corcho o a plástico o a yo qué sé. ¿Por qué lo más rico tiene que ser la carne? Me dan pena los animalitos. ¿Por qué siempre lo que más me gusta tiene que tener un lado oscuro? (Dicho esto, me sirvo un vasito de vino para seguir escribiendo).

Después de comer, la tarde se presentaba como un precipicio por el que irremediablemente tenía que caer. Tengo tantas cosas pendientes que hacer, tantas cosas que me gustan por hacer, y ningunas ganas de hacerlas. Creo que cuando estoy sola – en los días de cuarentena – me pongo triste. También puede ser que me tenga que venir la regla. A veces ni me entero (en lo que al estado de ánimo se refiere), pero claro, en este plan, a ver a quién no le afecta.

El recuerdo de lo que he hecho esta tarde está un poco difuso: Cica me ha mandado un whatsapp para decirme una cosa sobre el texto que escribió para el diario, Jordi C también me ha mandado un whatsapp, me ha mandado una canción que ha hecho sobre la cuarentena, muy bonita, me ha dado envidia así que me he pasado la tarde intentando hacer una canción, la he hecho, pero no me gusta, así que es como si no la hubiera hecho (tengo la sensación de que nunca más podre componer una canción, y me agobio al pensarlo), después he hecho yoga, mientras hacía yoga he pensado que hace días que no hablo con mis padres (la semana pasada Julia no hizo ninguna multi-llamada y yo no llamé a mis padres) y que cuando terminase yoga los llamaría. Al acabar yoga me he olvidado por completo de mi propósito, cuando ha sonado el teléfono, y he pensado: Julia hace multi-llamada. Efectivamente.

Hemos hablado y en algún momento me he tenido que aguantar las ganas de llorar. Thilo me ha preguntado que dónde estoy, que como hace días que no hablamos por teléfono pues no sabe en qué ciudad estoy, Julia no paraba de bailar sus bailes sexys con el pijama rosa de flamenquito, mi madre ha enfocado a mi padre, que estaba en el sofá dormido (¡qué mayor que es!), mi padre se ha despertado algo desorientado y ha sonreído al ver que estábamos nosotras en el teléfono, Leon ha aparecido un poco más tarde y saludaba con la mano y hacía cosas graciosas de esas que él hace, que no entiendes muy bien, pero que te hacen reír, precisamente por eso, por no entender lo que hace.

Después hemos colgado. Me he hecho una cena aburrida y la he comido viendo el tele-noticias aburrido de España y de Alemania.

Otro día más, sentada en el sofá y con una botella de vino que sobró del otro día. Las noches con vino, a veces tienen mucho charme.



Lunes 13 de abril, por Clo Catalán:



Diario de Cuarentena


Ya va de costumbre despertarme a las seis y media, porque Christina mi compañera de piso se prepara su café, mi habitación esta al lado de la cocina, entonces escucho todo. Trato de volver a dormir (bueno la verdad es que me es fácil hacerlo), luego tipo nueve, Christoph mi otro compañero de piso, toma desayuno y escucha a todo volumen las noticias alemanas, yo digo, o soy la única que renunció a su día a día, o los alemanes están preparados para estas situaciones, y no rompen sus rutinas tan fácilmente.

Al final vuelvo a dormir y me despierto a las doce, lunes y martes, a la una, hay yoga online con Laura, eso me motiva, me di cuenta de lo fofa que estoy y me puse a hacer ejercicios. Me levanté, hice mi clase de Yoga, luego a la ducha, de ahí al salir de mi pieza estaba Christina en la cocina, la abracé (porque ayer me peleé con todos en el desayuno de pascua porque amanecí de mal humor, me hicieron bromas por eso y no me pareció, así que me fui del desayunito ese). Bueno, le conté que no sé cómo expresar cuando las cosas me molestan y quiero estar sola. Que esto del encierro me está afectando. Terminé llorando con ella, (Christina es psicóloga bueno Christoph también, pero con él no me dan ganas de hablar mis cosas, a todo esto mi terapeuta desapareció hace un buen rato ya, no sé si se aburre conmigo o está enferma). Bueno, Christina para sacarme de mi rollo deprecoronístico, me dice que hagamos atrapa sueños, así que acepté, estuvimos toda la tarde haciendo atrapa sueños en la cocina. Mas tarde llegó Gaby, mi otra compañera de piso, ella sale todos los días dos horas a caminar y despejarse, ella es bailarina, imagino que el tener sus clases suspendidas la debe estresar, sin poder moverse, como estamos todos.

De ahí, el día no se pone tan interesante que digamos. Al principio de todo esto, me enfoqué en mi porfolio, haciendo mil cosas todos los días. Hoy, hace una semana que no hago nada, más que el otro día, vi Metrópolis, esa peli de expresionismo alemán de los años 20, resultó que me di cuenta que Queen tiene un video con extractos de esa película. Lo descubrí el otro día que con la Gaby, estábamos en el balcón tomando cervezas y viendo videos, nos creíamos las Djs del barrio, un par de vecinos también estaban en sus balcones, ahí carreteamos entre todos.

Ahora veré una película de tortas españolas, pero no es de cocina jaja (es que en chile se le dice torta a una lesbiana, yo misma me digo torta, qué idiota, pero lo encuentro chistoso, mucho más que cualquier otro de los sobrenombres que nos ponen a las tortas). Así llevo mis súper y movidos días, de esta cuarentena coronista, así, cuando me aburro de mi aburrimiento, pues veo películas.


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