El Invitado de Hoy es Ico Mateo. Ico relata su martes de descuarentena en Madrid. Vaya vaya, aquí no hay playa.
Texto abajo: Ico
Texto arriba: Anna
Martes 2 de junio
Hoy he trabajado por tercera vez desde que comenzó la cuarentena, como una sutil invitación a la cordura.
He dormido muy mal. Al mediodía al llegar a casa he dormido unos diez minutos y he tomado café. El día volvía a comenzar.
Por la tarde, clase online de música. Hemos asistido unas siete personas. Hay gente de la formación a quien no veo desde hace meses y tampoco dan señales en el chat. ¿Seguirán estudiando? Con todas estas restricciones dan ganas de hacer una pausa y dejar el semestre colgado.
La clase de música ha estado bien.
Hoy estaba casi decidida a acabar el diario mañana. Ani me empuja a seguir.
El jueves he quedado con Jo, hace mucho que no lo veo. Creo que este ha alargado la cuarentena.
Yo quizá la alargue de por vida. Dejaré de dar besos y abrazos, dejaré de ir a fiestas a parques, dejaré de quedar con mucha gente a la vez.
Ahora tengo que aguantar un par de horas sin dormirme, porque si no, me voy a despertar de aquí a dos horas y entonces sí que no dormiré.
Mañana otra vez no trabajo.
Martes 2 de junio, por Ico Mateo:
Hoy he quedado, ahora los días ya no son multitasking para mí. Antes del estado de alarma no planificaba nada, a parte del trabajo y pequeñas rutinas diarias las cosas surgían e iba haciendo. Ahora hasta para ir a la compra necesito estar en un estado de ánimo óptimo para hacerlo y dependiendo de cómo esté puedo acabar haciéndola online para no enfrentarme al caos y las colas que se forman.
Se me pasan los días muy rápido, esta mañana he salido más temprano a pasear a Guido por la Casa de Campo, llevo varios días pensando en la playa y cuándo volveré a verla, de momento, durante el paseo, me conformo escuchando con los cascos Costa Daurada de Centauros, siempre quiero decirle a Ani que me gusta más cuando la canta ella.
Hoy he quedado, y sí, es mi plan del día. Aun siendo afortunado dadas mis circunstancias; siempre trabajo desde casa y el cambio no ha sido muy brusco, estrené piso con mini terracita justo antes del confinamiento, tengo perro y he podido salir a menudo todos los días.
Todo y con eso, estos días creo que he aprendido a disfrutar un poco más de las pequeñas cosas, como tontear con mi crush vizcaíno, ir a Vallecas en bici o comprar unas plantas con Nata, buscar una terraza con Bea M. después de unas horas andando, ver a un Carlos Fuentes lleno de vida en pelis de los 90s, esas videollamadas locas con Eva, recibir un mini libro de 600 páginas de arte egipcio...
También he de decir que vengo de un 2019 bastante tormentoso, y no sé si es la limitación impuesta del confinamiento o la salida de una bajona importante. El caso es que vuelvo a disfrutar muuucho de las cosas y vuelvo a reir a carcajada limpia.
Hoy he quedado, con Bea F., amiga y socia que no veo desde antes “de”, tengo muchas ganas de verla y echarnos unas risas. Ella ha sido madre recientemente y seguro que también disfrutará de una escapadita de todo por unas horitas en el Madrid fase 1, dónde nunca nos hubíeramos imaginado .
Parece que ya han pasado los días en los que a las ocho de la tarde, al llegar del paseo con Guido cerraba la puerta de casa, después de colgar el collar y su correa le miraba y le decía, ale, un día más.