La Invitada de Hoy es Gussy, mi jefa, aunque mejor dicho, compañera de trabajo y lectora del diario de cuarentena. Gussy nos cuenta qué hizo el miércoles 22 de abril. Gussy siempre tiene muchas cosas que hacer.
Texto abajo: Gussy
Texto arriba: Anna
Miércoles 22 de abril
Me levanto tarde, sin embargo estoy cansada. Cada día me voy a dormir más tarde. Ayer por la noche me quede haciendo una canción: la compuse y la grabe, y a las tantas de la noche tenía los ojos como platos (bonita expresión).
Hablo con mis hermanas por whastapp, les transmito mis dudas sobre si seguir o no seguir con el diario de cuarentena, ya es casi seguro que el lunes ire a trabajar (aunque no se cuántas horas, ni en qué condiciones, etc.) así que me parece un poco fake seguir con un diario de cuarentena si no estoy de cuarentena, claro que la vida no sigue igual, mis formas de ocio seguirán restringidas. Y tampoco voy a poder ver a todo el mundo, ni ir en metro. Qué injusto tener que trabajar pero no poder divertirse.
Me animan a que siga con el diario, era la respuesta que estaba esperando aunque no lo sabía. A veces me cuesta saber qué es lo que quiero y cuando lo descubro y encima lo puedo llevar a cabo, me invade una sensación de haberme quitado un peso de encima. Me pongo de muy buen humor cuando tomo la decisión de seguir con el diario.
Para comer me hago una coliflor con patata con all-i-oli gratinado, pero sin gratinar; sin gratinar no sabe igual. El pollo rebozado, en cambio, ha quedado rico. Comida de verano.
Por la tarde voy a dar un paseo en bicicleta, intento sin éxito hacerme una ruta mental antes de salir, en realidad no me apetece dar este paseo, pero me obligo a hacerlo. Salgo y hago un recorrido improvisado en bicicleta siguiendo los rayos de sol.
También hago yoga y algunos ejercicios que me recomendaron en fisioterapia para estirar músculos, qué aburridos son estos ejercicios.
A las ocho he quedado con Álvaro para hablar por zoom. Antes de eso vuelvo a grabar la canción que hice ayer, pero esta vez sin dejarme llevar por la improvisación, sino cumpliendo lo que hay en mi cabeza. Al terminar quedo satisfecha del resultado. Ya son las ocho. Le digo a Álvaro que si quiere podemos quedar más tarde, tengo mucho tiempo libre. Me dice que 20 minutos.
Por fin hablamos. El otro día lo vi un momentito por mi cumpleaños, a parte de eso, hacía unos 5 años que no lo veía. A la conversación se une su amiga Sandra, a quien conocí a una vez en Barcelona, una de las visitas que hizo Álvaro la hizo con ella. Durante la conversación recordamos ese fin de semana. Vinieron por un concierto de Hidrogenesse y Espanto.
Desde que vivo en Berlín el tiempo se ha parado en Barcelona, todo es como cuando me fui, no ha pasado el tiempo. En mi cabeza no hace cinco años que no veo a Álvaro. Lo vi hace poco, porque el tiempo se ha parado en Barcelona.
En mi vida paralela, aquella en la que no hay Covid-19, hoy he estado en la escuela de Meri haciendo una visita, para observar y tomar apuntes de cómo funciona una escuela en Barcelona. Este es el verdadero propósito de mi viaje. Qué divertido ver a Meri en acción.
La conversación con Álvaro y Sandra termina tarde. Cuando cuelgo me caliento la cena, como las sobras del mediodía. He bebido vino, pero no me siento borracha. La cena no me sienta mal.
Después de cenar me quedo arreglando las canciones que tengo grabadas.
Estoy super despierta. Mi horario de sueno se está descontrolando.
Miércoles 22 de abril, por Gussy:
Me levanté temprano para los tiempos de corona, a las 8.30am. Me hice un jugo de dos naranjas riquísimas, luego me hice una ensalada de frutas. Me duché, ordené la cocina y me puse a pintar un cuadro de flores con pastel. Parece que esta interesante!! Me divertí mucho, pinté hasta las 2 pm. Me cansé, luego me comí dos salchichas, no quería comer tanto porque sabia que a las 5pm comería con mi compañero, que viene en bicicleta para no tomar ómnibus ni metro. Se cuida mucho!! De 2pm a 3pm me puse a leer una revista interesante del periódico DIE ZEIT que es interesantísimo!! Leí bastante, me quedé dormida un rato... luego salí a montar bicicleta por mi barrio. Por la cuarentena me cuido mucho!! ya tengo 64 años!! El dia bellísimo!! Desde la mañana sol radiante!! salía ya desde la mañana a mi balcón, los árboles bellos, los pajaritos cantan... un tiempo de isolación rarísimo... Regresé a casa después del paseo y cociné con mi compañero Berenjenas rellenas con mozarella y tomates con mozarella y albahaca y una salsa de tomate con cebolla, ajo y vino tinto. Nos salio deli!! Comimos, conversamos, luego el se tuvo que ir porque me llamaron y escribieron del Kindergarten donde trabajo con Anita. Organizando para la próxima semana como trabajaremos, felizmente con pocos niños, por el Corona virus. Un desastre, es muy contagioso!! Tendremos que trabajar con mascarilla, lo cual no me hace gracia... Ahora tengo todavía que contestar algunos mensajes de trabajo. Después me buscaré una buena película en Netflix. La moraleja de este tiempo de isolación es que para mi lo mejor es gozar las cosas simples de la vida.. Como es hacer lo que vengo haciendo: Leer, cocinar, pintar, limpiar (mi casita impecable) ver una buena peli, hablar por teléfono. Extraño a mis amigos!! sus risas, conversaciones profundas, abrazos, paseos, cines exposiciones etc. Tendremos que tomarlo con filosofía y sonreírle a la vida. En algún momento vendrá la vacuna... Lo lindo es que la naturaleza está descansando de nosotros!! no nos olvidemos de lo que estamos viviendo. La vida nos cambió de la noche a la mañana.. Caminante no hay camino, se hace camino al andar... Abrazo al que me lea, mejores tiempos vendrán y a seguir cuidándonos...
(Me olvidé de poner que en las mañana antes de levantarme medito una media hora. Y también bailo entre medio).
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