El Invitado de Hoy nos cuenta cómo vive el encierro una persona temeraria en edad de riego. Mi padre, Enric Taulés, nos relata este peculiar día de Sant Jordi, jueves 23 de abril.
Texto abajo: Enric
Texto arriba: Anna.
Jueves 23 de abril
Me levanto tarde y muerta de sueño, ayer me dormí a las tantas. Al levantarme, como siempre, he mirado las noticias y he colgado la nueva entrada del diario de cuarentena. A las noticias les presto menos atención cada día. Tengo la casa revuelta, como el alma. Me acuerdo de pronto de que tengo que ir a buscar un paquete aquí al lado, a correos. Adivino lo que es, mi compañera de trabajo, Eva, me preguntó la dirección el otro día.
He salido a dar una vuelta en la bici. Me voy a dar la licencia un día de estos de ir a ver a mis sobrinos, pero hoy no, no quiero ir en bicicleta hasta allí, estoy muy cansada. Quizá mañana. He ido a buscar el paquete. Sí que era de Eva. A medio paseo se me ocurre que, como no quiero engordar, hoy voy a comer un bocadillo de pollo con mayonesa, lechuga, tomate, cebolla y un chorrito de limón. Aborto la misión paseo y me voy al edk a comprar lechuga y limón. Salgo del edk con un montón de cosas más. Cuando llego a casa me doy cuenta de que me he olvidado del limón. Pues no me hago el pollo. Ya lo haré para cenar. Pongo en la sartén la coliflor y patata con all-i-oli que sobró de ayer, lo chafo y cuando está caliente lo echo al plato. Huele mal, algo se ha estropeado, no me lo puedo comer, por suerte. No sé por qué compro coliflor si no me gusta. Me hago una ensalada de tomatitos pequeños y nada más. Está riquísima. Lo que hace el hambre.
Esta tarde tengo muchas cosas qué hacer: un trabajo para la escuela, grabar la canción de Jordi y Francina, y ensayar. Pronto voy a tocar online en el Uñas y dientes que organiza Evripidis (y Marc) y hace muchos días que no ensayo.
Y antes de hacer todo esto, tengo que ordenar y limpiar un poco, purificar, que cambien los aires. Reset.
En mi vida paralela estoy paseando por Barcelona, entre libros y rosas, y amigos. Y vosotros también.
La tarde ha sido medio aburrida. No he hecho nada.
Para cenar me he preparado el bocadillo de pollo que no me he hecho al mediodía.
Por la noche he hablado con mi hermana mediana por Whatsapp, que nos veamos pronto, y sin guardar distancias, que a lo de mantener la distancia no le vemos mucho sentido.
Lo que sí reduzco es el número de gente a la que veo, es decir, lo mantengo y quizá lo amplío, pero muy poco. Claro que si veo a una persona y esta persona ve a mucha gente, entonces es como si yo también viera a mucha gente. A veces me gustaría que no me dieran la opción de ver a gente, me da dolor de cabeza tener que decidir. El reglamento en Berlín es ambiguo y nunca sé si me paso de estricta o de laxa, el caso es que siempre tengo un runrún de que algo estoy haciendo mal.
Por la noche he grabado otra canción, pero no la de Francina y Jordi Ll. como tenía planeado, he grabado otra, muy vieja; tengo muchas canciones viejas por grabar.
Lo de la escuela aun no lo he hecho, hoy he estado angustiada y no me salía hacerlo.
La angustia se me ha pasado un poco cuando he tocado el piano y la guitarra. Eso sí lo he cumplido: he ensayado para el concierto. Tengo que cerciorarme de que tecnológicamente todo está en orden. ¡Qué cosas hacen hoy en día, viva la tecnología!
Jueves 23 de abril, por Enric Taulés: (traducción abajo)
Avui ha estat un altre dia de la quarentena; això és inacabable. Pel matí (la Carme i jo ens aixequem tard del llit), comprar el diari i veure per la tele com va la desgràcia del coronavirus.
Per la tarda he tingut una novetat: he tingut que anar al CAP a buscar les receptes electròniques doncs ja ens havien caducat. He anat amb bus, he tornat amb FGC, he anat a ca l’Ametller a comprar fruita. En resum; avui ha sigut un dia de confinament a mitges. Encara bò que puc fer aquestes escapadetes. El súper, la farmàcia, algún cop el Banc de Sabadell i així anem passant els dies.
Cada vespre, després de sopar sense sal (horrorós!) a veure la tele. Sempre veiem el que vol la Carme, a mi m’és igual un programa que un altre, però hi ha cops que tria unes coses que no es poden aguantar. Però és igual; ens fa venir la son i cap al llit. Aquesta etapa del confinament és com estar mig empresonat.
Tinc mal de cap gairebé cada dia. És una llauna perquè ara podria llegir força.
Avui toca un programa de gitanos...
Quan acabi aquest rollo, a dormir.
Traducción:
Hoy ha sido otro día de la cuarentena; esto es inacabable. Por la mañana (Carmen y yo nos levantamos tarde de la cama), comprar el periódico y ver por la tele cómo va la desgracia del coronavirus. Por la tarde he tenido una novedad: he tenido que ir al ambulatorio a buscar las recetas electrónicas pues ya nos habían caducado. He ido en bus y he vuelto en FGC, he ido a ca l’Ametller a comprar fruta. En resumen; hoy ha sido un día de confinamiento a medias. Aun gracias que puedo hacer estas escapaditas. El súper, la farmacia, alguna vez al Banco de Sabadell y así vamos pasando los días.
Cada noche, después de cenar sin sal (¡horroroso!) a ver la tele. Siempre vemos lo que quiere Carmen, a mi me da igual un programa u otro, pero hay veces que elige unas cosas que no se pueden aguantar. Pero da igual; nos hace entrar el sueño y a la cama. Esta etapa del confinamiento es como estar medio encarcelado.
Tengo dolor de cabeza casi cada día. Es una lata porque ahora podría leer mucho.
Hoy toca un programa de gitanos…
Cuando acabe este rollo, a dormir.
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