El invitado de Hoy es uno de los protagonistas del diario de cuarentena de Anna. Con ustedes… Beni, o Benny, o Benjamin P. Un berlinés que nos cuenta cómo vivió la cuarentena el lunes 20 de abril en Berlín.
Texto abajo: Beni
Texto arriba: Anna
Lunes 20 de abril (mi cumpleaños)
Los cumpleaños suelen empezar a las 12 de la noche, cuando alguien te felicita. El mío, esta vez, empieza un poco antes. Llega Beni sobre las nueve de la noche con comida y vino, dispuesto a celebrar mi cumpleaños a lo largo de las 24 horas que tenemos por delante.
Prepara la cena y después de cenar bebemos vino y escuchamos música. Se conoce que nuestra vida es una celebración constante.
El primero en felicitarme es Evripidis, que me manda un mensaje de whatsapp, seguidamente me llama Marc y me dice con la boca medio cerrada que le ha dicho él a Evripidis que ya eran las 12 y que me iba a llamar y mientras Marc marcaba el teléfono, Evripidis me escribía el mensaje (después de que Marc le hubiera resuelto ciertas dudas ortográficas). La situación me hace gracia, hay cosas que no cambiarán jamás.
A la vez, mientras hablo con Marc por teléfono, Beni me dice que Marc es muy listo porque me llama dos minutos antes de las doce. Ahí le aclaro a Beni, riéndome, que el reloj de mi ordenador va con dos minutos de retraso. A Beni se le queda cara de frustración, se levanta y va a hacer algo al teléfono. Mientras tanto Marc y yo brindamos en la distancia, yo brindo con un vino bueno y él, con un vino muy malo. Nunca será tan malo como aquel que no nos bebimos en el tailandés, le recuerdo.
Cuando cuelgo, recibo dos fotos en mi teléfono, Beni me manda una foto: ha escrito con papel de váter “Muchas felicidades, Anna” en el patio interior de su casa. Me siento como una concursante de Sorpresa, Sorpresa.
Decoro la casa con unos globos negros. Los compré hace dos meses en el súper, me hicieron gracia porque ponía que eran globos para una depre-party con frases así como "mi abuelo se lo pasaría bien aquí" o "empieza el bajón" o "cambia el disco". Los compré pensando que ya encontraría una fiesta para poder decorarla con ellos. Y vaya si la he encontrado.
Por la mañana me despierto y estoy sola en la cama. Voy a la cocina y veo que en el balcón hay un paquete muy grande. Es una tumbona para mi balcón, encima de la tumbona hay un rollo de papel de váter envuelto en papel dorado. Me parece que Beni se ha ido a trabajar, me ha dejado el regalo, ha limpiado los platos y se ha ido, dejando un gran misterio tras de si. Llega Beni del súper, con dos pastelitos y un café para cada uno.
En mi vida paralela, aquella que no existe la Covid-19, estaría celebrando mi cumple en Barcelona, primero iría a comer y por la noche a cenar y tomar algo. Sin embargo, me está gustando mi cumplecuarentena.
Entre los mensajes de felicitaciones, Giorgio me dice en un whatsapp de grupo que mire el whatsapp privado que me ha mandado. Le contesto que luego. Ya sé lo que es, mi hermana Maria del Mar, la encargada de la familia de meter la pata (siempre tiene que haber alguien que cumpla este papel, si o si), me ha hecho llegar a la conclusión, sin darse cuenta, hace un par de días, de que me están preparando un vídeo. Me da un poco de cosa abrirlo, porque estas cosas a veces son un poco incómodas de ver. Todo lo contrario: me lo paso muy bien viendo el vídeo, lo presentan dos personajes llamados Oro y Plata, éstos me dicen que mis amigos por todo el mundo me quieren hacer llegar un mensaje, y ahí que van apareciendo muchos muchos (me faltan algunos, es imposible conseguir que todo el mundo participe) de mis amigos (y familiares) a los que les llega un papel arrugado, lo abren y me felicitan. Algunos no dicen nada, solamente abren el papel y me felicitan, otros hacen el payaso. Es muy divertido.
Después vamos a pasear Beni y yo, que me lleva donde Cristo perdió la alpargata. Paseamos por un parque. Cumplo 40 y quisiera celebrar mi cumple como si cumpliera 20, sin embargo me encuentro en la forzosa situación de celebrarlo como si cumpliera 60.
Por la tarde comemos unos bocadillitos salados que prepara Beni, con pesto, mozzarela y jamón. Marc me manda un mensaje y me dice que a las 20h nos vemos online, que la última sorpresa y ya termina la tortura. Gracias, Marc.
A las 19h hablo con mis sobrinos y mi hermana, después llamo a mi sobrina y mi hermana, y después hacemos multi-llamada a la que se une mi madre. Hasta que no puedo más y cuelgo, quiero un poco de vida real.
A las 20h me reúno con algunos amigos, algunos de ellos me dan la sorpresa: una canción, me han hecho una canción rap. Es muy divertida, aunque todavía no he entendido algunas cosas de la letra. A la conversación se unen de manera espontánea, Albert y Meri, que han llamado a Giorgio de casualidad y les ha dicho que se unieran. Y ya puestos, le digo a Álvaro que se conecte. De golpe aparece ahí en medio del chat. El futuro es una locura. Michael J. Fox no tenía ni idea de lo que le esperaba.
Hemos brindado, hablado y nos hemos hartado de vernos a través de la pantalla. Colgamos y cada uno a sus cosas.
Yo ceno unos macarrones que ha preparado Beni. Y después de cenar, qué? Pues qué va a ser: escuchar música y beber, pero esta vez, champagne.
Aquí el enlace al rap: https://soundcloud.com/anita-tau-hau/annarap (por Marc, Elsa, Inaki, Ani, Giorgio, Santi R, Evripidis)
Lunes 20 de abril, por Benjamin P:
Hoy es 20 de abril. Antes de que el nuevo día pudiera comenzar, el viejo tenía que terminar. Serán las 5 en punto. Pasamos la mayor parte de la noche en el sofá azul oscuro de la cocina. La película principal de la noche será Profondo rosso de Dario Argento de 1975. No es una película de terror, sino un thriller de la categoría ¿Quién es el asesino? No voy a revelar nada. Solo tomamos 2 botellas de vino tinto después de la cerveza.
Estoy con Anna por segundo día. Espero que el día tome forma al menos en el papel. Es el primer día después de 3 días que Anna no tiene dolor de cabeza y su cumpleaños está en el calendario. Marc llama 2 minutos antes de la medianoche. Pienso que inteligente si quieres ser el primero en felicitar. Mi pensamiento se basa en un error técnico. El reloj de la computadora portátil de Anna está 2 minutos atrás. Además, también puede haber un malentendido cultural, porque nadie llama más. Anna dice que no es su cumpleaños hasta mañana. Sin embargo, tintineamos los vasos.
Entonces, después de que vimos la película y el sofá se manchó con un poco de vino tinto, el día casi ha terminado. También hay una película para conciliar el sueño con Jerry Lewis, The Ladies ’Man.
…
El nuevo día finalmente comienza, el verdadero cumpleaños. En el imperio de la imaginación, un cumpleaños está vinculado a personas, situaciones, recuerdos y expectativas. Intento ni siquiera pensarlo. Me escapo de la cama como un ladrón. Anna me deja ir. Tal vez todavía está dormida, incluso si el teléfono ha estado sonando y zumbando toda la mañana.
Me escapo del apartamento y saco el paquete del auto con la tumbona. Anna también parece estar dormida cuando trato de llevar la tumbona al balcón lo más silenciosamente posible. ¿O confía en mí que podría haber preparado algo para su cumpleaños y no quiere estropeármelo? Puedo escabullirme del apartamento por segunda vez sin ningún problema. Quiero poner algo festivo sobre la mesa para el desayuno, por supuesto que no hay velas. No es el cumpleaños de un niño. Por lo tanto, habrá pasteles de crema que gustarán a las personas que no son muy jóvenes. Bocanadas de crema con crema batida y un rollo de esponja con crema de limón.
Anna parece estar despierta y de buen humor, todavía estoy en la calle. Ella pregunta a través de WhatsApp si me hubiera convertido en una tumbona. También está el rollo de papel higiénico que empaqué en papel de regalo. Hipócritamente le pregunto qué quiere para el desayuno. Ella quiere los viejos caracoles de pasas que le traje de su viejo Späti favorito de una vida anterior. El sol está brillando. Puede ser un buen día.
Bebemos café, comemos pastel y colocamos una tumbona. Bebemos más café, comemos más pasteles y viejos caracoles de pasas que siguen siendo los mejores.
Anna se queda con su teléfono inteligente y acepta felicitaciones. Finalmente ella dice que tiene que ver un video. Ella finge no saber exactamente qué es eso. Veo su alegría y curiosidad que no puede ocultar. Estamos viendo el video por primera vez que Ani y Giorgio han editado, breves mensajes de video de innumerables amigos y familiares. Todos los fanáticos de Anna. Debe ser 50-60, sin embargo, pronto recordará si alguien no aparece en el video. No sé si podría recordar los nombres de 60 personas. Silvia le aconseja a Anna que compre anteojos. Pienso más bien no. Anna es feliz. Estoy feliz.
Decidimos ir en coche a un lugar en Pankow, donde puede dar un paseo por el campo en la antigua franja del muro de Berlín. Un sendero de fina arena blanca conducía a través de la franja verde, a un lado unos pocos árboles aislados y estrechos, detrás de él pequeñas casas en pequeños lotes de jardín. Al otro lado hay un páramo, la duna, detrás de él el mar.
Antes de regresar, nos paseamos por un mercado de flores. La planta de cocina de Anna obtiene una maceta nueva, hecha de hormigón, pero no armado. Tal vez pueda salir pronto, pero solo en el balcón.
Es hora de un pequeño aperitivo. Yo hago panini con jamón crudo y mozzarella. Vemos el video de cumpleaños nuevamente. Alguien comienza una llamada grupal en la familia de Anna, tal vez Julia. Todos hablan al mismo tiempo. Anna intenta intercambiar una palabra con su padre. No funciona.
Hay invitados a las 8 p.m. Nos encontramos con Ani y Giorgio, Laura, Marc y Eurípides e Iñaki en una video conferencia, a través de Zoom. Anna habla por un rato. Tienen otra sorpresa para Anna, una canción de rap. Bebemos cerveza, el resto del vino tinto y jugamos con el gráfico de fondo. La conferencia termina después de 40 minutos. Se extiende nuevamente, pero la fiesta ya terminó. Incluso los globos negros, con los que queremos crear rápidamente un ambiente de fiesta, no pueden cambiarlo.
Mientras tanto, empiezo a cocinar algo. Todavía hay macarrones y pechuga de pollo. Entonces hago macarrones con pollo. Lo he salado demasiado. El vino se acaba. Anna me explica cuánto quiere decir una buena y extensa cena. Me disculpa porque soy alemán y tal vez no puedo entenderlo. Quiero sacar un conejo blanco de mi sombrero, más bien un elefante. Dónde está el sombrero. Improvisamos un segundo y tercer plato de todo lo que encontramos. Los pasteles de crema del desayuno son ahora el postre.
El teléfono de Anna aún no se ha silenciado, pero ya no se habla. Ella ahora está tomando su lugar en el sofá azul. La noche avanza hacia el entretenimiento de sofá. Me acerco al sofá y golpeo una cerveza con el pie. Justo lo correcto para mejorar el estado de ánimo nuevamente y mojar una carpeta con los documentos de Anna, que está debajo del sofá, con cerveza.
Obviamente, en nuestra imaginación, un cumpleaños va de la mano con una expectativa concreta del tipo y la cantidad de alcohol que debe fluir. Es justo antes de la medianoche y solo queda cerveza y cava. Anna todavía quiere beber vino. Busca un enfrentamiento con la realidad. A ella le gustaría ir al Späti a la estación de metro en Vinetastrasse, que aún podría estar abierta. La detengo y me siento mal por eso. Tengo la sensación de que la realidad no tiene nada mejor que ofrecer hoy y hago la sugerencia lamentable de ver una película. Debido a que la comida fue descuidada, tengo la estúpida idea de ver La grande bouffe de Marco Ferreri en filmin. Afortunadamente, no existe. Por eso será Chiedo Asilo del mismo director con Roberto Benini. No le pregunto a Anna qué quiere. Lo sé. Y sé que el mundo todavía se lo debe a ella: una semana de fiesta.
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