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Anna TV

TREINTA

La Invitada de Hoy, Paola Boronat, nos cuenta qué hizo el miércoles -quinta semana de cuarentena - en su casa del Clot (Barcelona), junto a Benoit y a su hija, que tiene un añito recién cumplido. Felicitats, Sophie!

Texto abajo: Paola.

Texto arriba: Anna.



Miércoles 15 de abril

Después de desayunar - un café y luego un te - se ha ido Beni.

Ayer nos quedamos hasta muy tarde paseando con Google Maps por la plaza Roja de Moscú, por el pueblo donde yo veraneaba de pequeña y por un lugar donde él iba de colonias con otros niños de la rda. En este último no vimos mucho, Beni decía que ni los de Google Maps quieren ir ahí. También escuchamos con un programa de Internet las radios de todo el mundo. Y miramos el camino que hay que tomar para ir en bicicleta de Berlín a Barcelona. Creo que se tarda unas 100 y pocas horas. Buscamos algunos hostales y hoteles por Francia, no encontramos nada. En Girona encontré alguna cosa para pasar la noche.

Me pregunto cómo funcionará lo de los vuelos y todo eso de aquí a unos meses. Y los trenes. Si no hay nada, lo intento con la bici. Seguro que no llego ni a la salida de Berlín.

Hoy para comer me quería hacer una ensalada de patatas típica alemana (tipisch Deutsch), pero me ha salido una ensaladilla rusa. Cuando he terminado de comer he esperado mucho rato a que saliera la Merkel a hablar, no salía, no salía, no salía, hasta que me he hartado y me he ido a hacer yoga.

Mi hermana mediana me ha mandado un whatsapp y me ha dicho que Thilo tienes muchas ganas de verme (y ella). Yo también. No me dio tiempo, antes de la cuarentena, a hacerles una visita y darles un besito de larga validez.

Mi hermana mayor me ha mandado un whatsapp también, sobre la misma hora, y me ha dicho que le gusta mucho mi blog. Me ha hecho ilusión. Pensaba que no lo leía.

Por la tarde nos hemos reunido (online) con Elsa porque es su cumpleaños y quería celebrarlo. Me he enfadado con Iñaki. Enfadarse online es peor que enfadarse cerca. Ahora me siento mal, pero sigo medio enfadada. Me gustaría ser de esas personas a las que todo les resbala, les entra por una oreja y les sale por la otra. Así ya tienes un porcentaje de la felicidad ganado.

Hemos estado un rato, un buen rato celebrando el cumple de Elsa, cada uno tenía sus patatas, o sus aceitunas, su vino, su cerveza, su agua, etc. Elsa nos ha enseñado sus regalos. Algunos han ido llegando más tarde, y a la vez que unos llegaban otros se iban.

Tengo la tele alemana puesta. He visto un reportaje sobre la cuarentena en Barcelona. Salía un conserje muy alegre, y salían algunos vecinos también, y una mujer de la vecindad, de unos 90 y pico ha dicho que tenía, llevaba una bolsa en la cabeza con unos agujeros en los ojos, a lo portada del disco o de la foto de Two Many Djs. Muy graciosa, decía que se tenía que proteger bien. Esa se haría amiga de mi madre.

Antes del reportaje sobre Barcelona he visto finalmente, en diferido, el vídeo donde Merkel habla de las nuevas medidas. Todo sigue igual hasta el 3 de mayo, excepto los negocios de más de 800 m², que pueden abrir y antes no. Y a partir de esa fecha, ya veremos.

¿Qué hay que hacer para dejar de estar enfadada?

Creo que me voy a hacer unos crepes de chocolate.



Miércoles 15 de abril, por Paola Boronat:


15 de abril

Hoy nos hemos levantado a las nueve pasadas, todo un logro teniendo en cuenta que a las siete y media solemos estar ya en pie y preparando café. Sophie se quedó remoloneando en la cama y nos regaló algún ratito más de sueño. Yo creo que es por puro aburrimiento, como lleva más de un mes sin salir de casa va perdiendo interés en los quehaceres diarios, que se repiten una y otra vez. Creo que se está hartando de estar encerrada. Hoy noté que me miraba con una expresión entre aburrida y resignada, la pobre. A ver si nos dejan salir ya…

Miércoles. El quinto ya del confinamiento. No tengo tiempo de salir a la terraza, eso lo dejo para el fin de semana, que ahora tengo que teletrabajar.

El otro día, mientras Benoit tendía la ropa mirábamos de reojo a todos los vecinos en sus balcones y terrazas. Visión panorámica primero, luego de detalle. Por ejemplo, los dos chicos jóvenes de enfrente habían subido a la terraza, uno con un ukelele y un porrito, y el otro se había fabricado una especie de pesas con una voluminosa mochila ensartada en el palo de una escoba. Agarrándose al palo hizo unas cuantas sentadillas, y en menos de un minuto se tiró en el suelo boca arriba, y allí se estuvo un buen rato. KO técnico. El del ukelele tocaba y cantaba aquella de “tenía tanto que darte, tantas cosas que contarte…”. Luego llovió y los chicos se fueron, pero dejaron la mochila y el palo mojándose bajo la lluvia.

Pero como os he dicho, hoy no tengo el tiempo de deleitarme en cotillear el vecindario. Hoy mi mayor preocupación es que tengo que trabajar, que son pasadas las 12 y aún no he hecho mas que encender el ordenador. Si es que es una tarea imposible concentrarse con la presencia de un bebé, a mí que ya me cuesta de natural…un poquito de trabajo, y pam, interrupción. Al final el día entero acaba siendo una cadena de intentos fallidos, total que ni has trabajado ni has disfrutado haciendo otras cosas. Muy frustrante.

Esta semana está siendo difícil, creo que tenemos los tres un poco de bajón y eso se palpa en el ambiente. Menos mal que ahora ya son las 20h, y el ratito de aplausos en la ventana nos han puesto de mejor humor.

Después del cuento, Sophie al fin duerme y al salir de la habitación veo sobre la mesa una tortilla de patatas. Además, Benoit recibió ayer una caja de vinos naturales de diferentes procedencias que tienen todos muy buena pinta.

Salud!

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