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  • Anna TV

SETENTA Y TRES

Actualizado: 2 jun 2020


El Invitado de Hoy se llama Lolo Zamora, o Manolo Carambolas. Es el novio de Raquel (que también escribió en el Diario de cuarentena) y relata desde Málaga un jueves de cuarentena más, un jueves de cuarentena menos, como dijo Angie. ¡Incluye guiño a Imperio!

Texto abajo: Lolo

Texto arriba: Anna

Jueves 28 de mayo

Hoy he ido al súper. Tenía la nevera vacía. Cuando iba en la bici por la avenida grande me he sentido muy desorientada, en un momento no sabía qué día y no sabía por qué no sabía qué día era, y me he preguntado qué por qué no trabajo e incluso cuál es mi trabajo, entonces me he acordado de que estaba de baja, aunque la baja solo la necesitaba para el martes, que es mi día de clase. Todo eso en cuestión de segundos (quizá exagero si escribo segundos en plural), no es que esté demente.

Antes de entrar al súper me he dado cuenta de que me había dejado la mascarilla en casa. He tenido que volver. Si me lo hubieran dicho hace tres meses… he pensado.

Esta noche he cenado una hamburguesa vegetal, de esas que venden como si fuera una de verdad, Me ha salido muy buena y me he alegrado, porque por fin he conseguido que una porquería de estas vegetales estuviera buena. No es que sea vegetariana ni que quiera serlo, pero cada vez que como carne de cerdo me imagino la matanza de un cerdo, cuando compro la carne, cuando la cocino, cuando me la como. Es agotador. Hoy no tenía fuerzas para luchar contra estos pensamientos.

Hoy me siento un poco así, como si mi vida no tuviese rumbo ni orden. Y creo que así es mi diario de hoy. Corto y cierro.

Ya no estoy enferma.

Jueves 28 de mayo, por Lolo:

Málaga,28 de Mayo 2020.

Hoy me he despertado más bien tarde. Algo cansado, quizás aburrido pero nada que no solucione un café por la mañana y hablar con Berlín.

He encontrado llamadas de trabajo, de mi amor y algún que otro meme de un colega para levantarnos el ánimo cada día.

He hablado con Berlín como cada día, por videollamada, hablamos de nuestras cosas y como siempre me despierta el entusiasmo, creatividad, alegría y sobre todo amor…mucho amor.

A media mañana he tenido una reunión online con mis compis de compañía para ver cómo retomamos todo el follón este que ha llegado al mundo mundial y, aunque poco hemos podido solucionar realmente, sí que nos hemos dado calor y comprensión ante las circunstancias.

Almorcé mi comida favorita: tallarines, también porque sabía que en Berlín también se comía eso, y aunque no podamos estar ella y yo juntos en este momento, hace que me sienta un poco mas cerca en los cientos de kilómetros comer la misma comida.

Estuve resolviendo más tarde papeleo y llamadas, todas relacionadas con lo que me dedicaba antes del arresto domiciliario que nos han impuesto a tods sin saber muy bien si era realmente lo correcto o no… me permito dudarlo porque no soy el único, más gente piensa así, cómo actuamos muchas veces las personas es con torpeza aunque vaya con buena voluntad.

He estado hablando de nuevo con la capital, y han tocado el timbre, era Thilo y desde la puerta de su casa me ha dicho :

- siempre que te veo estas en el mismo sofá sentado (un amor).

Nos hemos reído, he saludado también a sus papis, al único que hoy no vi fue al rey de la selva (para comérselo).

Al colgar me quedé pensando un rato y tuve un recuerdo que me viene a la cabeza en la puerta de Brandeburgo en el que unos guías turísticos escuchan música electrónica de cuando era pequeño acompañado de ella. Automáticamente me puse el vinilo ese a toda pastilla en mi casa.

En la tarde decidí ir a Pizarra, un pueblo cercano a Málaga en el que tuve la oportunidad de compartir hace años con mas amigos de circo.

Actualmente allí hay un proyecto de circo muy bonito, y fui a visitar a mi compañero de curro y amigo para desconectar y sobre todo compartir, a lo tonto son ya casi 3 meses que no nos veíamos. Ha sido muy bonito y agradable: circo, campo, sol, buena charla, calor y cerveza.

Había más amigos por allí, y hablamos entre otras cosas de la situación presente, mezclado de circo, trucos de malabares y preguntar por otros amigos comunes que no hemos visto en estas semanas.

Más tarde volví a Málaga y mientras cenaba volví a ver a Berlin, nos actualizamos nuestro día y nos preguntamos cómo estamos, nos mandamos mucho amor y no sé de qué manera (entre risas) empezamos a hablar de mosquitos, gatos y ballenas.

Le recuerdo también que no he escrito aun nada para su amiga Anna, porque aun no ha pasado el día, y le pregunto acerca de Anna, y entre otras cosas me enseña su grupo de música. Escucho un par de canciones de Imperio. Sonrío.

Me despido de “my love” y me quedo algunos minutos más viendo noticias antes de acostarme. Y volviendo a sonreír pienso en ella, en la fucking distancia, en cómo será el momento en que podamos encontrarnos y en lo cerca que quiero estar de ella.

Sonrío de nuevo, y se me viene a la cabeza decirle a Raquel que puede venir a visitarme… que no le de pereza… sabes que tiro muy bien la cerveza.



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