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SETENTA Y SIETE

La Invitada de Hoy es Camila Lucero Allegri. Desde Basilea (Basel), Suiza, relata un día de cuarentena en la semana 12.

Texto abajo: Camila

Texto arriba: Anna

Lunes 1 de junio

Ayer le propuse a mi hermana de vernos hoy en el Prisma, para estrenar junio.

Parece que se estrena junio y algo más. Hace calor de verano. Ahora tengo un toldo nuevo en el balcón que me cubre del sol y permite estar ahí aunque haga un calor infernal. El toldo consiste en unas cortinas roja viejas, no las he colgado yo.

Comida en un restaurante. Tenemos que apuntar el nombre, la dirección y el número de teléfono en una lista estrenada con un solo nombre. Mientras anoto el suyo y el mío, me imagino al psicópata que va a venir después de nosotros al restaurante, va a ver nuestro nombre y dirección y teléfono y nos va a acosar con llamadas y nos va a venir a buscar a casa.

Han desinfectado la mesa y el banco.

La comida está muy rica. Contiene mejillones, tenía ganas de comer mejillones. Claro que no son tan buenos como los que nos comemos mi padre y yo cuando voy a Barcelona. Una bandeja de mejillones frescos al vapor entre los dos para merendar o antes de comer. A mi madre no le gustan mucho. Así que es un ritual entre padre e hija. A mi abuela también le gustaban mucho los mejillones.

Hemos conseguido un lugar en la sombra, por suerte. Se está muy bien. Solamente falta el mar.

Le he dicho a mi hermana que después de comer bajo a Kreuzberg, pero no he puntualizado que voy a comer muy tarde, pobre. Después de comer, Beni repara una cosa de mi bici (hace todo lo de casa y le da tiempo a estudiar).

Por fin me pongo en marcha hacia Kreuzberg. Por fin me tomo una cervecita en una terraza. Las mesas han cambiado de lugar, ya no están dispuestas todas juntas y en paralelo de arriba a abajo, como en un Biergarten. Ahora están separadas, una aquí, otra allí, pero no es feo ni frío, es una terraza normal y corriente.

Llegan Thilo, Leon, Seba y Raquel de no sé dónde. Se quedan un rato y se van, que Leon tiene que cenar, dice mi hermana. Me quedo con Raquel, que se encuentra casualmente con los griegos, como siempre ir ahí supone ir a encontrarte con gente un poco al azar. Todo es como siempre, por fin.

Vuelvo a casa, en bici. La Schonhauser Allee está llena de luces, restaurantes y gente. Por fin.

Todavía no he mandado el audio cantando la canción que ha hecho Thilo. Me da vergüenza.

Mis padres vienen a Berlín en agosto. Los voy a ver, por fin. Por fin.

Por fin.

Lunes 1 de junio, por Camila Lucero Allegri:

Durante el periodo de cuarentena he estado trabajando en una tesis para la universidad. Ahora en Basel las cosas están poco a poco volviendo a la normalidad, pero estuvimos meses metidos en la casa. Desde marzo que me levanto a las 8 am, para trabajar online con mis compañeros de grupo, este día fue igual, pero con una cuota elevada de estrés. Me preparé un té, y me senté nuevamente frente al computador, el pobre está cada días más lento, es que no puedo cerrar las ventanas de búsqueda, hasta que termine de escribir. Hoy debemos entregar, y sentimos que nos falta demasiado. Como la tesis es en alemán, hemos reunido a un grupo de amigos que nos están corrigiendo los textos online. Remo es uno de ellos, ayer se quedó despierto hasta las 2am corrigiendo el texto que le llegó. Ahora son las 12:00 y aún quedan dos textos por corregir. El estrés y estar solo en casa es igual a no hacer nada, sólo preocupación. Me preparé de almuerzo una ensalada de papas, una de las papas es dulce, de esas grandes naranjas. Después del almuerzo, me dediqué a controlar los pie de página y la bibliografía. En eso estuve casi 5 horas, mientras los demás se dedicaban a controlar las imágenes y los errores gramaticales. A las 18:00 hrs. nos reunimos por Zoom y trabajamos en línea, un par de pausas de 15 minutos para comer. El tiempo pasó volando, entre risas, bailes anti estrés y comida thai, avanzamos. Desde las 23:00 hrs ya no reaccioné más, sólo veía por la cámara a mis compañeras bajando el doc, haciendo el pdf, agregando firmas, buscando el enlace para subir el trabajo al servidor. Yo mirando. Pensé que no lo íbamos a lograr, siempre pasa algo con la red en momentos de estrés. Pero lo logramos! 5 minutos antes de la fecha final. Tomamos una copa de champaña a través de la cámara. Trabajo en equipo a distancia.

Me costó otras dos horas poder cerrar los ojos y descansar.

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