El Invitado de Hoy, en el número especial, es Rubi Rincón. Desde Barcelona. Domingo, primera semana de desconfinamiento.
Texto abajo: Rubi
Texto arriba: Anna
Domingo 24 de mayo
Me he despertado dando vueltas en la cama, hasta que me he dado cuenta: estás enferma.
Me he levantado para tomar un Ibuprofeno y respirar un poco de aire en la cocina. Me he tumbado en el sofá azul, porque he pensado que si volvía a la cama, iba a molestar a Benny. Y así ha sido. He vuelto a la cama y he vuelto a dar vueltas y más vueltas, me encontraba como el culo. Benny se ha levantado para ir a buscar una segunda manta y
así tener una manta distinta cada uno, porque le estaba dando por saco con tanta vuelta, que le quitaba la manta y se la volvía a poner. Al cabo de un rato me he vuelto a dormir. Cuando me he vuelto a despertar he pensado que qué movida si tengo corona y he pensado también en toda la gente que tendría que avisar en caso positivo: toda la gente que vi el viernes y toda la gente que vi ayer, y tampoco podría ir a trabajar mañana, ¡vaya movida si tengo corona!
Beni se ha despertado y, entre otras cosas, ha hecho café, yo le he dicho que no quiero café, pero al final me he levantado y me he tomado el café que me había preparado. Se ha alegrado.
He vuelto a la cama. Beni se ha vestido y se ha tumbado un rato conmigo. Después se ha ido a no-trabajar.
Me he pasado la tarde durmiendo y teniendo pesadillas entre frío y sudores. He soñado que la vecina de arriba estaba loca y hacía mucho ruido, y se tiraba por el balcón, pero yo no quería verla ahí tumbada y no sabía si se había muerto o no. Al despertar he pensado en el accidente de coche que vi - que no vi - hace dos semanas y he pensado también que esta vecina hace tanto ruido al andar como las dos hijas de Hotte.
Dormir me ha sentado bien, así que me he activado un poco. He mirado los Whatsapps, me he enterado de que esta semana tampoco trabajo. Malestar. He pensado que si mañana no tengo que ir a trabajar, no tengo que plantearme si ir al médico a que me de la baja y entonces no me voy a tener que hacer el test. Pero ¿y si tengo corona y voy por el mundo infectando a la gente?
Total, que hoy no puedo salir de dudas, porque es domingo y porque es muy pronto para saber si estoy enferma o es sólo que he cogido frío.
Me he preparado una sopa de arroz. Qué buena que está la sopa de arroz, aunque sea comida para resfriados y dolores de barriga.
He colgado la entrada del diario. Y he perdido el tiempo haciendo cosas tontas. Ayer hablábamos con Fran de eso, de lo bien que está también perder el tiempo, pasar el rato sin hacer nada trascendental ¿Por qué tenemos que hacer cosas productivas todo el tiempo si, total, tarde o temprano nos vamos a morir? Mi abuela me lo decía, cuando estaba ya muy senil y pasaba horas sentada sin hacer ni decir nada y a saber, si pensaba, en qué pensaba, pues ahí, cuando la sabiduría de la vida ha alcanzado el punto zenit, me agarraba del brazo cuando pasaba por su lado y, sin que viniera a cuento, me hacía un gesto como para que me acercara a ella y me decía al oído “disfruta de la vida, que la vida sólo es eso, disfrutar”. Y esa frase, que me repitió mi abuela más de una vez, se convirtió en mi religión. Hasta el día en que me muera. Amén.
A última hora de la tarde me ha vuelto un poco la fiebre.
Domingo 24 de mayo, por Rubi Rincón:
Para cuando suena el despertador de la app de dormir llevo ya dos horas en pie, aseado, con mis 15 min. de meditación guiada por otra app y preparando mi café de filtro ya que por fin se puede ir a comprar al Born mi café favorito y sobre todo los filtros.
Apago el despertador, subo una foto de mi ultimo shoot creado antes de la cuarentena, no deja de ser un reclamo para la búsqueda de más trabajo en el camino a esa nueva normalidad, esa que tanto tema de conversación me dará esta tarde en la terraza que he reservado, usando mi experiencia como survivor en el Quimet&Quimet...
Es interesante quedar con alguien que llevas un tiempo hablando y ver cómo después de dos meses no se parece a la fotos ni tiene pinta de hacer tanto yoga o ser tan espiritual.
Con las cervezas a muchos se nos ve el cartón y no creo que sea por falta de hábito, tanto en terraza como en la montaña de Montjuic! No puede haber contacto físico, en la confusión entre ser guay y responsable cada cual elige hasta donde se la juega ¿Sigues el BOE, los bulos, a la gente cool o a los balconazis? Mierda! Se ha hecho tarde y los del bar nos dicen que está abierto hasta la 1, pero en el BOE dicen que a las 23:00 en casa.
¿Sería irresponsable ofrecerte tomar un vino en casa? Solo es conversación no una proposición.
Me temo que aquí ya no hay trampa ni cartón, o quizás si hay trampa? Para que vengas o para desenmascararte y ver si vendrías.
Esto es solo un delirio de Homo sapiens procedente del hipotálamo, el subconsciente colectivo y de conversaciones con mi amigo cubano, quien tal vez me pinte el baño de un color crema white coffee por tener unos azulejos que he aprendido a odiar solo.
Rubi Rincón.