El Invitado de Hoy es Albert Guasch. También conocido como Guaska. Nos relata su domingo de la novena semana. ¡Incluye moraleja!
Texto abajo: Albert
Texto arriba: Anna
Domingo 17 de mayo
La madre del novio nos espera en su casa con un gran desayuno. Después de vivir aquí durante cinco años, llego a la conclusión de que el desayuno es la gran comida del día en este país.
Terminados el abundante desayuno y la sobremesa, salimos a pasear con la familia del novio, que nos muestra su ciudad. Paseamos por el parque, en el que hay una instalación que saliniza el aire. Nos dicen que cuando está en marcha, huele a mar. Esta cerrado por cosas de la epidemia.
Después del paseo nos vamos al tren. Fran, Clo y yo. Nos equivocamos, me vuelvo a equivocar por el mismo motivo que el viernes. El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Estaba segura de que esta vez no me iba a pasar, porque iba a mirar el número del tren y el destino, pero no miro nada. Llega el tren y, confiadas, nos subimos, nos sentamos y otra vez, ¿qué hacemos en Bad Kissingen otra vez? A las tres nos invade una especie de pánico ante la idea de quedarnos atrapadas ahí para siempre, queremos volver a Berlín, ahí está nuestro lugar en el mundo, tenemos cosas qué hacer, amigos esperándonos, fiestas de cumpleaños en parques manteniendo la distancia de seguridad. La ciudad de los bares que nunca cierran, nos está esperando, aun con los bares cerrados.
Por ser tres catetas de pueblo, nos quedamos atrapadas una hora y 40 minutos en el culo del mundo, en un pueblo en el que incluso la tienda de la estación de tren está cerrada. Buscando un bar (las 3 catetas de pueblo se creen que, estando los bares en Berlín cerrados, en Ebenhausen estarán abiertos) nos cruzamos con un matrimonio que pasea por ahí. Clo, que es la persona con más facilidad en este mundo para hacer amigos, les pregunta si podemos encontrar algo abierto, nos dicen que no, pero nos ofrecen acompañarles hasta su casa, nos darán tres botellas de agua fresca, y con gas, que no falte. Vuelve a caer un prejuicio, la gente de pueblo no es tan desconfiada, mezquina y cerrada.
A las 18:40 estamos de nuevo en la estación, con un prejuicio menos y una botella de litro y medio más. Una para cada una. Parece que en Alemania la gente tiene 6 estómagos, como Alf.
Por fin estamos en el camino de vuelta. Cuatro horas con la mascarilla puesta, no hay quien lo aguante. A Fran la revisora del metro le llama la atención por habérsela quitado.
No es difícil encontrar asientos libres y separados de los asientos ya ocupados, pero no tan fácil como a la ida.
Por el resto, todo es como siempre.
A medida que nos acercamos a la ciudad, voy recordando que una epidemia ha convertido nuestra vida en una rareza. Lo he pasado bien y me he olvidado de todo esto por un fin de semana.
A pesar de la epidemia, respiro hondo cuando llego a la ciudad, pues contiene el aire tóxico que necesitan mis pulmones. Benny me viene a buscar por sorpresa a la estación. A la epidemia sí, pero a Beni no lo había olvidado. Ni un segundo.
Domingo 17 de mayo, por Albert Guasch:
(traducción abajo)
Per fi és diumenge, em mig desperto cap a les 08:00 i penso si avui també sortiré a correr però passo, ahir ja vaig fer una bona tirada (16km). Prefereixo descansar i segueixo dormint fins les 09:00.
Em llevo i tranquilament em dutxo, em vesteixo i agafo al Günter, el nostre gos, tothom segueix dormint a casa...
Al tornar, esmorzem plegats i em planifico per començar a fer les feines de casa: canviar els llençols, fer neteja, tot molt emocionant, la veritat. La Meri em demana ajudar amb un video pel seu cole, penso que pot ser divertit, amb els altres he rigut bastant enfotent-me de la seva vesant youtuber.
De sobte, tot canvia, el meu cap m’envia un whats al mòbil personal i em diu “enciende el móvil de empresa, lo siento”. Meeeeerda.
Resulta que ahir a les 12 de la nit es va publicar el BOE actualitzant el que es pot fer a la fase 0 i que no. Interprentant els diferents paràgrafs de la llei que modifica l’anterior decret la meva empresa pot obrir totes les seves instalacions demà, puta mare, el dia tranquil se’n va a la merda. L’explicació que em donen em fa venir al cap la peli dels germans marx, una nit a l’opera crec, amb l’escena aquella de la parte contratante de la primera parte será... Desapareixo tot el dia, videotrucades, emails, trucades i ultims preparatius in situ als concessionaris per poder obrir demà. Tot està preparat però aquest canvi en els aconteixements em treu de pollaguera i em fa dubtar de tot.
La meva familia es resigna, un dia més seré un confinat absent. He portat fatal el teletreball durant aquesta època, ha estat tot molt intens, algun dia desconectava del món laboral per simple higiene mental però han estat dies molts durs amb jornades interminables entre ERTO i ERTO amanit amb protocols de seguretat de COVID.
Quan acaba el dia i ja em quedo tranquil faig una birra pensant que demà ja tanco aquest cicle, porto ja una setmana anant a la feina però noto que entrem en una nova fase. Si faig una mirada enrere crec que el confinament ha estat un periode interessant d’aprenantatges per tothom, ens ha reforçat en moltes coses, recordaré moments bons i altres que no ho han estat tant però que al final els hem anat passant dia a dia tot i l’incertesa dels aconteixements.
És molt tòpic però si veus al que ha passat al teu voltant te n’adones que l’important és que no hem tingut afectació, seguim aquí i hem d’apendre del que hem viscut sobretot per estar preparats per viure la #novanormalitat
Traducción:
Por fin es domingo, me medio despierto hacia las 8:00 y pienso si hoy también saldré a correr, pero paso, ayer ya hice una buena tirada (16km). Prefiero descansar y sigo durmiendo hasta las 9:00
me levanto tranquilamente, me ducho, me visto y ato a Günter, nuestro perro, todo el mundo sigue durmiendo a casa...
Al volver, desayunamos juntos y me planifico para empezar a hacer las tareas de casa: cambiar las sábanas, hacer limpieza, todo muy emocionante, la verdad. Meri me pide ayuda con un vídeo para su colegio, pienso que puede ser divertido, con los otros he reído bastante cachondeándome de su vertiente youtuber.
Repentinamente, todo cambia, mi jefe me manda un whats al móvil personal y me dice “enciende el móvil de empresa, lo siento”. Mieeeeerda.
Resulta que ayer a las 12 de la noche se publicó en el BOE actualizando lo que se puede hacer en la fase 0 y lo que no. Interpretando los distintos párrafos de la ley que modifica el anterior decreto, mi empresa puede abrir todas sus instalaciones mañana, puta madre, el día tranquilo se va a la mierda. La explicación que me dan me hace pensar en la peli de los hermanos Marx, ‘Una noche en la ópera’ creo, con la escena esa de la parte contratante de la primera parte será… Desaparezco todo el día, vídeo-llamadas, emails, llamadas y últimos preparativos in situ en los concesionarios para poder abrir mañana. Todo está preparado pero este cambio en los acontecimientos me saca de quicio y me hace dudar de todo.
Mi familia se resigna, un día más seré un confinado ausente. He llevado fatal el tele-trabajo durante esta época, ha sido muy intenso, algún día desconectaba del mundo laboral por simple higiene mental, pero han sido días muy duros con jornadas interminables entre ERTE y ERTE aliñado con protocolos de seguridad de COVID.
Cuando acaba el día y ya me quedo tranquilo hago una birra pensando que mañana ya cierro este ciclo, llevo ya una semana yendo al trabajo, pero noto que entramos en una nueva fase. Si miro hacia atrás creo que el confinamiento ha sido un periodo interesante de aprendizajes para todo el mundo, nos ha reforzado en muchas cosas, recordaré momentos buenos y otros que no lo han sido tanto, pero que al final los hemos ido pasando día a día aun y con la incertidumbre de los acontecimientos.
Es muy tópico, pero si ves lo que ha pasado a tu alrededor, te das cuenta que lo importante es que no nos ha afectado, seguimos aquí y tenemos que aprender de lo que hemos vivido, sobre todo para estar preparados para vivir la #nuevanormalidad.
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