El Invitado de Hoy es José Ignacio Martorell, que nos cuenta su viernes en la novena semana de cuarentena. Desde Barcelona.
Texto abajo: Jose
Texto arriba: Anna
Viernes 15 de mayo
Mi primer viaje desde que volví de Barcelona el día de reyes. Estoy en el tren, ojalá se pudiera viajar en tren a Barcelona sin tardar tres millones de años.
Estoy condenada a estar siempre delante de una pantalla, me he tenido que llevar el ordenador para terminar unos deberes para la escuela.
………………………
El segundo tren es más viejo que el primero. Me cambio de sitio tres veces. Un chico y una chica me miran todo el rato, me siento vigilada. Me quiero quitar la máscara, pero no me atrevo.
Me cambio de lugar, cuando vuelvo a mirar al chico y a la chica (ahora están más lejos), veo que se han quitado la máscara. Creo que ellos también se han sentido vigilados.
El tercer tren que tengo que tomar, lo pierdo. Pensaba que eran 2 vagones, pero resulta que eran 2 trenes. No entiendo nada. Me subo al tren, el conductor está en el segundo vagón. ¿Desde cuándo la cabina del conductor está en el segundo vagón?
Me siento desorientada, así que abro la puerta para mirar hacia fuera y me doy cuenta de que el primer vagón ha desaparecido. Lo curioso es, que no me parece extraño que el primer vagón haya desaparecido. El conductor del tren sale a mi auxilio. Cuando le digo al conductor mi destino, me dice que el tren se acaba de ir.
Estoy en el culo del mundo, a las nueve y media de la noche, en una estación de tren perdida en mitad del universo, que ni David Lynch.
La novia y el novio me vienen a buscar en coche.
En la casa de la madre del novio están con los últimos preparativos para la boda. Me pregunto si puedo saludar a la gente con la mano o tengo que mantener las distancias. Me saludan sin problema y sin distancias.
Vamos al apartamento donde nos alojamos y terminamos de preparar las últimas cosas para mañana: vestido bien colgado, cámara de foto, maquillaje, ropa. Y, por supuesto, no olvidemos la mascarilla.
Viernes 15 de mayo, por José Ignacio Martorell:
Detergente Ariel líquido
Pasta de dientes
Palomitas
Cervezas
Tallarines.
Tomates, calabacín, patatas
??
Mira, voy a pillar el detergente lo primero que después se me olvida. A la cesta. La pasta de dientes y esas cosas están en el otro lado del super, voy luego. Ahora busco las palomitas, las palomitas son importantes. Una bolsa de maíz, como para pajaritos, nada de esas de microondas prefabricadas. ¿Dónde están? No las encuentro.
Uyyy este señor que viene de frente sin mascarilla está MUY cerca. Toreo con gracia y arte. Le pondría una banderilla marca Caprabo, están en este pasillo además.
No hay palomitas. Emoji de carita triste.
Cervezas si, un six pack a la cesta. Y un par de Leffes para esta noche, creo que Laura tiene zoom con los Gúdar y hay que prepararse.
Con la pasta no me corto nada, elijo unos tallarines de marca, un día es un día.
La sección de verduras ahora. El numerito, las bolsitas, la distancia, la báscula, la pegatina…
En estos momentos ya debo de estar totalmente cubierto de virus. Rápido, voy a por la pasta de dientes. Arrastro con desgana el carrito por el largo pasillo. Clonc, clonc, clonc. ¿Por qué no ponen un suelo liso?
Ya está todo, misión cumplida, menos por las palomitas. Pago y salgo a la calle, hace un día raro. Parecido al de ayer y al de antes de ayer. Me atrevería a decir que mañana también va a ser un día raro.
Una señora con un perrito color canela pasa por mi lado. El perro me guiña el ojo y yo a él.
Todo saldrá bien, nosotros lo sabemos.
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