DIECISÉIS

La Invitada de Hoy es Laura Antolín. En su diario nos cuenta qué hizo el día 1 de abril, tercer miércoles de cuarentena, que no es poco.

Miércoles 1 de abril

Hoy me he levantado y, como siempre, me he tomado un café.

Ayer por la noche estuve hablando con Álvaro por Whatsapp, cosa que amenizó un poco la jornada. Me fui a dormir tarde, vi una peli manga que al principio me gustó, pero a mitad de película ya me empecé a aburrir, ahí me dormí.

No recuerdo qué he hecho después del café. Se me confunden los días: Facebook, Instagram, Whatsapp, hacer música, ver tele, leer cualquier cosa sin prestar atención.

Hoy he ido al súper. Quería ir al Lidl, pero hacía sol y me apetecía dar un paseo, así que he ido al EDK que está más lejos, junto a la estación de Pankow. No voy a menudo a este supermercado, no había ido desde que ha empezado la cuarentena y creo que no volveré ahí mientras dure. Es muy estrecho y se hacía muy pesado ir esquivando a la gente, estaba lleno, era agobiante.

Al volver a casa he decidido que iba a dar un paseo en bici: si se puede, lo hago.

A medio camino me he dado cuenta de que tenía que hacer una cosa en mi cuenta de Instagram, con urgencia. He tenido que volver a casa porque el teléfono lo había dejado aquí.

Cada vez que vuelvo de la calle, me da tos y estornudo. Siempre pienso que me he infectado.

Creo que es alergia de primavera. En Berlín hay demasiado verde para mi gusto. La primavera es mortal.

Y en verano, las avispas.

Aunque afortunadamente, muy muy afortunadamente, aquí no tenemos esas cucarachas que hay en Barcelona que miden casi dos metros, hacen ruido al caminar y vuelan. Les falta hablar.

Aquí en Berlín no hay de esas criaturas.

Se me está llenando la casa de esos bichos que se comen la madera. No sé cómo echarlos. Creo que no hay solución.

Voy a intentar leer, algo que llevo evitando desde que estoy encerrada.

No me apetece leer vidas de personas que salen de bares o a pasear.

He dejado de comer al mediodía, para cambiar la rutina un poco.

A partir de ahora haré un copiar/pegar de los días anteriores del diario y no escribiré

páginas nuevas. No creo que se note la diferencia.

Miércoles 1 de abril, por Laura Antolín:

Hoy no he salido de casa, ni siquiera al terrado que por suerte nos está dando la vida estos días.

Llueve, hace frío y tengo mucho trabajo que hacer, así que dentro de lo que cabe no me viene mal este tiempo de mierda. De hecho hemos estado trabajando todo el día, parando solo para comer. Sobraron unas pocas alubias ayer así que nos las hemos acabado. Comida de guerra como le digo a Jose.

A las siete he apartado la mesa y he seguido unos tutoriales que mandó la escuela de ballet. Más o menos me apaño aunque me doy algún que otro golpe con la estantería. La casa es pequeña pero no la siento así. He escrito a una amiga para saber por su padre y me contesta con buenas noticias, ya está en casa. Más tarde y después de un par de cervezas, un concierto de los Beach Boys y un documental con muchos tigres, me he acordado de cuando hacíamos manada en la antigua casa de Elsa. Echo mucho de menos a los amigos pero estoy bien, muy bien acompañada. Me río mucho todo el día y amor no me falta.