La Invitada de Hoy es Laura Roa, que desde Wedding (un barrio de Berlin muy cool, según la revista Timeout) nos cuenta cómo es eso de casarse en cuarentena.
Texto abajo: Laura
Texto arriba: Anna
Miércoles 29 de abril
Me levanto y tomo un café como siempre.
Tengo que acabar el trabajo de la escuela, pero no estoy nada inspirada. Le propongo a Cesar vernos, me dice que si, que a las seis está libre. Antes da unas clases.
Vuelvo a preparar el vídeo para el concierto, le mando unos Whatsapps a Diego, porque no consigo que se vea bien. Me da unas recomendaciones, a pesar de eso, la cosa no mejora.
Hago yoga. Cuando termino, Cesar me dice que se ha equivocado y que termina las clases más tarde, que nos vemos a las siete menos cuarto. Joder, casi una hora más tarde. El día está lluvioso, no sé qué haremos con Cesar si llueve y solamente podemos quedar en la calle. Sea como sea, no pienso cancelar mi cita, cada vez que intento quedar con alguien hay algo que lo impide. No es tan fácil. Aprovecho para ir al súper antes de ir a pasear, casi no tengo comida. Desde ayer es obligatorio el uso de mascarilla en transporte público y en el súper. Tengo la mascarilla que me regaló Beni (en realidad me la regaló su amiga Raja), así que me la llevo para estrenar. Qué horror esto de la mascarilla, no me gusta nada.
En la cola del super un hombre empieza a conversar conmigo, el alemán es más difícil de entender con la mascarilla puesta.
Dejo la compra en casa y me voy pitando, llego cinco minutos tarde.
Vamos dando una paseo con Cesar por la Schonhauser Allee hasta Kastanien. Cesar me cuenta que está dando clases otra vez, le pregunto que a cuántos niños a la vez le puede dar clase, me dice que muchos, cómo que muchos? No entiendo nada. Ay, les doy clase online! Qué conversación tan rara, no entendía nada, me dice riendo. Nos reímos los dos.
En la avenida Kastanien Cesar se compra una birra, yo no, porque si me entran ganas de mear no puedo ir a ninguna parte. Giramos por una de las calles que cruzan la Kastanien y se pone a llover. Nos refugiamos en un portal y ahí Cesar me cuenta la historia del asesino de Grinder, que queda con chicos para ligar, pero los acaba matando. Con esta historia confirmo mi teoría de que ligar con Tinder es un poco peligroso, igual que ligar con alguien que no conoces de nada. La vida en sí, para mi, es una amenaza.
Nos quedamos un buen rato debajo del portal, la lluvia no cesa. Me pongo de cuclillas, estoy cansada de estar tanto rato de pie. Estoy en baja forma por estar todo el día en casa.
Le digo a Cesar que estuve en el dentista, se sorprende, no sé si se sorprende porque estamos en cuarentena y he ido al dentista o porque Cesar es así.
Volvemos a casa xino-xano, nos despedimos, se lo ha pasado bien, me dice. Yo también, a pesar de haberme quejado todo el rato por la mierda de la cuarentena, yo también me lo he pasado bien.
Beni me llama y me pregunta si he conseguido que se viera bien el vídeo. Le digo que más o menos. Me vuelvo a enfrascar con esta tarea. Beni me ayuda desde su casa. Creo que le doy pena, porque el vídeo se ve muy mal y me dice que viene y que me ayuda a repararlo.
Llega Beni con su ordenador. Llega a la conclusión de que el problema era la baja velocidad de mi conexión a Internet, luego llega a una segunda conclusión: no sólo es la conexión, mi ordenador tampoco funciona bien. Por fin soluciona todos mis problemas tecnológicos, queda todo preparado para el concierto listo. Qué bien.
Bebemos un poco de vino y hacemos un crucigrama ¡en alemán! Me alegra saber que ya puedo hacer crucigramas en alemán. Este idioma sirve para muchas cosas.
Otro día más que no he adelantado con el trabajo de la escuela, ay.
Miércoles 29 de abril, por Laura Roa:
Me termino de despertar con un „se enfría tu café“ ¿por qué no podía decir antes „tu café esta listo“? Claro, él odia que me quede más tiempo en la cama. Pero es que no tengo prisa... Prendo la radio y mientras desayuno escucho las noticias, 80% relacionadas con Corona. Qué rabia, escucho una palabra que no sé que significa. Y claro que la he escuchado antes. Miro por la ventana y mierda! Esta lloviendo, hoy quería salir a comprar, no lo hice ayer por pereza y hoy llueve. Quería ir en bicicleta a mirar un vestido para mi matrimonio. Me quedan dos semanas y no tengo vestido. Mejor me voy al sofá y miro vestidos por Internet, he pasado largo tiempo de la cuarentena mirando el cel. Al comienzo me cargaba la idea de tener que comprar algo sin probar. Nunca compro por Internet, y menos ropa y menos mi vestido de novia. Ahora dicen que están abiertas algunas tiendas y eso quería hacer hoy aunque los vestidos que encontré en Internet no los encuentro acá. Entonces ¿qué hago? Parece que los encargaré por Internet. Tal vez dos o tres y luego los devuelvo. Qué cacho.
Con Philip tendremos que casarnos solos. Elegimos un salón muy lindo para invitar a 40 personas y ahora ese salón estará vacío. Lo más triste es que mi familia no podrá venir. Han cancelado todos los vuelos. En fin, fuera de eso será mucho más tranquilo. Nunca me gustó la idea de ser la protagonista de una boda, es decir, la novia. Qué estrés! Ahora me salvé :)
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