La Invitada de Hoy es Francisca Müller, también conocida como Fran. Desde Berlín. Relato del sábado 9 de mayo.
Texto abajo: Fran
Texto arriba: Anna
Sábado 9 de mayo
Hoy ha sido un día muy bonito, cosa que no suele suceder cuando se tiene resaca.
Ha hecho calor primaveral, de este calor que todavía no es tan terrible como el calor del verano que cuando lo sientes no sabes si evaporarte o deshacerte.
He descubierto otro parque cerca de mi casa, este es todavía más bonito que el que descubrí hará un par de semanas.
Hay un río y hay también unos arcos y unos bancos dispuestos para hacer conciertos al aire libre, en una foto pone que desde 1910 está eso puesto ahí.
He paseado con Mireia, que ayer se quedó a dormir en mi casa y, como hacía un día tan bonito, hoy me ha propuesto ir a pasear. No quedaba otra opción que hacerlo.
Nos hemos sentado en unos de esos bancos puestos delante del “escenario”. He visto a dos chicas sentadas en dos bancos más allá, conversaban y mantenían cierta distancia. Me he preguntado si estaban sentadas así por comodidad o por cumplir con la distancia reglamentaria. Al cabo de un rato Mireia me a comentado lo mismo, ella se ha cuestionado la misma duda.
Cuando estábamos en el parque, mi sobrina ha hecho multi-llamada. Mi hermana mediana, mis sobrinos y Seba también estaban en un parque, mi hermana mayor, mi sobrina y Sergio y, por otro lado, mis padres, estaban en casa, claro. Se me encoge el corazón ahora que escribo esto.
Para desayunar nos hemos tomado un café en una plaza-parque que hay al lado de mi casa, tiene sillas y mesas de madera en las que nos hemos podido sentar. He sentido una grata sorpresa al verlos ahí. Parecía que los hubieran puesto para nosotras.
Me gusta mucho mi barrio. A Mireia también, siempre me lo dice.
Me siento bien ahora, y me he sentido muy bien todo el día. Y sé que es porque ayer estuve con mis amigas (Cesar incluido),
que aunque a veces me enfado un poco
o me pongo de mal humor,
no hay duda, no hay mejor receta
para la tristeza o depresión,
que hacer una fiesta en casa,
aun con riesgo de infección.
Sábado 9 de mayo, por Francisca Müller:
sábado 9
Ayer Anna me preguntó si me gustaría escribir en su Blog de cuarentena..me encantó la idea pero al mismo tiempo dudé... será mañana, pensé, es decir hoy, un día cool como el que extrañamente tuve ayer?? y bueno son esos zumbidos mentales de cómo mi fin de semana debería ser, creo que es eso lo que más me ha agrada de la cuarentena, aliviarme de la presión del finde berlinés, sin embargo hoy ese zumbido volvió a aparecer, y creo que se debe a que la cuarentena ya se ve en retirada......en fin, a pesar de la temporalidad, hoy es hoy y es lo que soy.
Me levanto temprano como de costumbre y realizo mi ritmo matutino de saludos al sol, que hago antes de la ducha, que es antes de la meditación, la que realizo antes del desayuno, me agrada sentir que el ayuno "semi-intermitente" que me propuse al comenzar el Covid me ha funcionado.... nunca imaginé que podría aguantar 2 a 3 horas para comer y tomar café antes de comenzar el día. De pronto comienzo a rabiar sola ya que siento un olor a extrema fritura, esos de los locales de pollo con papas fritas en los que no aguantas ni 5 min adentro, pienso que viene desde afuera y no, era desde la cocina de mi piso... voy, abro las ventanas exageradamente y sigo rabiando sola... sutilezas de la vida en un piso compartido... Intento retornar a mi yo y me digo a mi misma, trataré nuevamente hoy de no abandonarme a casi ninguna espontaneidad.... es cuando aparecen en mi esos rasgos un poco obsesivos y escribo lo que quiero o tengo que hacer a cierta hora. Comienzo a estudiar un Script de Derecho para la formación, creo que es la tercera vez que lo leo. Aquí hay reglas y leyes para todo y, en mis años de trabajar con niños, nunca me preocupé de esos asuntos ..en fin, creo que entiendo un poco más el temor que hay detrás de mis colegas educadoras y, al parecer, yo también he ido asimilando una dosis de él..
Salgo en la bici a comprar tahini para hacer humus con los garbanzos que dejé remojando toda la noche, vuelve el zumbido y pienso que en un día soleado como hoy debería estar en un lago. Sigo con mi objetivo, entro a un local Bio y después de hacer todo ese show del candado de la bici, la mascarilla, el canasto con un par de cosas innecesarias, llego al estante del Tahini y agotado! me voy rabiando, devuelvo las cosas a su lugar y encuentro Tahini en un local de productos asiáticos, los que siempre creo que son la mejor opción para comprar ciertas cosas, pero casi nunca voy. Compro unas frutillas en el mercado y unos espárragos blancos y gordos que aunque no me apetecen del todo los compro igual...
Y aquí acontece otra de aquellas hipocresías de la vida.... cuando estoy a punto de procesar todos los ingredientes del humus me he dado cuenta que olvidé cocer los garbanzos...Plan B... Falafel fritos.. nuevamente abro las ventanas exageradamente y mi misma persona se pone a freír una decena de falafel. Por suerte llega Clo, a quien le encantan y creo que nos hemos comido la mitad. Luego preparamos la mesa de trabajo para continuar con nuestro proyecto de volantines de papel (cometas para algunos), después llega Lau y las 3, con resaca del día anterior, estamos la noche del sábado berlinés haciendo manualidades como las abuelas. Al menos tenía una champagne en la nevera y al abrirla, observo pasivamente (producto del cansancio, espero..) como el corcho se desplaza lentamente por sí solo hacia arriba y recién reacciono cuando al dispararse se dispara también la botella y se derrama casi toda sobre la alfombra de la habitación...al menos alcanzó una copa para cada una. Lau se va a su casa y antes de que Clo también se fuera, terminamos la jornada comprando los pasajes para el matrimonio de Lau, lo que me puso feliz.
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