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Anna TV

SEIS


Y hoy, en la sección La invitada de hoy, tenemos a Ani.

A continuación, la primera parte del diario trata de las súper aventuras del domingo de Anna. La segunda parte, más abajo, trata de las súper aventuras del domingo de Ani.

Un honor.



Domingo 22 de marzo



16:36

Aquí en Berlín te van dando las noticias poquito a poquito y esto es un sin-vivir.

Hoy he vuelto a bajar a la calle. Esto de bajar a la calle también es un sin-vivir: no sabes dónde está el límite. Había gente abajo, muy poca. Todo el mundo manteniendo la distancia de seguridad, pero ¿de verdad ayuda esto de estar a un metro de distancia?

Acaban de prohibir los paseos de grupos de mas de dos personas. Y dice que de aquí a un rato nos vuelven a informar: será otra prohibición. Esto es un sin-vivir.

De alguna forma se nota que es domingo. El domingo tiene la típica calma de domingo.


Hoy toca Papa Topo en el Cuarentena Fest. Qué bien.

22:20

Me han dicho que mi perro se está muriendo. Y no me puedo despedir de él. Chico…

Hoy no puedo escribir más.




Domingo 22 de Marzo de 2020, por Ani:




Toda esa gente que añora el mundo, que no puede más y cada día celebran en los balcones. Me imagino que su adaptación a él era total….pero yo no lo siento así. Para mí no hay nada que celebrar y tampoco añoro el mundo.

Sabéis ese juego que se hizo viral “el suelo es lava!” alguien gritaba eso y simulas que el suelo es lava (o alguna otra sustancia letal), entonces te pones a salvo trepando a lo que sea. Pues ahora todo, TODOS somos lava. Cuando he salido a comprar con guantes pero sin mascarilla, uno percibe el peligro invisible en la gente, en los objetos y en el aire. Los demás me perciben también a mi así, nadie me roza siquiera. Me reprimo las ganas de toser (esas cosas se hacen en casa!). Pese a todo creo que no me disgusta por ahora la “compra aséptica”.

Hoy es Domingo pero desde el balcón podría ser Lunes o cualquier otro día. Me he despertado a las 10:30 pero me he quedado en la cama hasta las 11:00, qué más da?! Siempre me ha gustado dormir y además para ser yo está muy bien. He hecho el café para mí y para Giorgio, que sigue en la cama, y mi gato me ha seguido hasta la cocina. Me pedía comida con la voz fea que pone para exigir cosas. No me importa nada que sea “el día de la marmota”. Para mí, tanto sentido tiene este mundo como el que conocíamos, pero en este todo es más pausado.

Voy a ver qué hace Giorgio en la cama porque me gustaría tomar el café con él en el balcón, pero cuando le echo un vistazo y le hablo de que ya está todo listo me dice que quiere dormir más. Allí en el balcón veo la calle. No hace sol, me molesta que no haga sol aunque no vaya a salir. Hay cola en la panadería de delante, desde aquí veo la distancia de seguridad que deja la gente en la cola (en las noticias recomiendan 1,5 m o algunos expertos 4m).

Bueno, y qué haré hoy? “adelantar cosas de clase” me digo. Sí, también está ese tema, el de hacer las cosas de clase porque “ahora sí que sí que no tengo excusa”. Mi vagancia al desnudo. Si no hago las cosas en un momento así es que soy una perezosa sin remedio, qué excusa puedo tener? Este pensamiento me agobia y no termino el café, me voy al sofá a hacer cosas de clase.

Esta tarde tengo “plan”. A las 17:00 hemos quedado con los amigos para hacer una videollamada. Mientras hago faena de clase, voy mirando el reloj a ver si ya es la hora de ver a mis amigos. Faltan veinte minutos y corro al baño para arreglarme el pelo para ellos. Me gusta que se junten los placeres así que me recaliento unos macarrones gratinados y soy feliz.




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